PLEGARIA A JESÚS SACRAMENTADO.

En mis horas de insomnio, Tu me inspiras
la plegaria que llega al corazón;
en el fondo de mi alma yo la guardo
como prenda de eterna salvación.

¡Oh Divino Señor! en tu agonía,
entregaste tu cuerpo sacrosanto
y nos diste a beber en compañía
el néctar de tu amor tres veces santo.

Muchas pruebas de amor tú nos ofreces,
en el sagrario do yaces prisionero,
corresponda a tu amor una y mil veces,
bendíceme Señor, soy misionero.

Tú nos hablas, Jesús, con tierno acento,
en el silencio de tu altar bendito
y te entregas ¡oh Dios! como alimento
en el festín glorioso... ¡inaudito!

¡Oh misterio insondable! yo no entiendo
los designios de Cristo omnipotente.
Te hospedas, cual humilde peregrino,
en la dichosa casa del creyente.

Jesús Sacramentado yo te adoro
en el absimo de tu amor profundo,
gracias, Señor, tu bendición imploro;
renuncio a los placeres de este mundo.

Tú lo sabes, Señor, yo me desvelo,
por un amor que irradia en tu presencia.
Tú lo sabes, Jesús, es mi demencia,
gozar contigo en el festín del cielo.

Julio Francisco Maya Prado. Cali, VII-2005, 79 años.

Tomado de: "Atardecer" Revista de las Hermanitas de los Pobres. No. 163, septiembre de 2005. (Foto Stuardo Marroquín Capilla Casa Martiniano Fusagasugá y www.siempremujer.cl/ meditacion_custodia_nene.html)