TRAS LAS HUELLAS DE SAN VICENTE. 1. SVP Y LA ORACIÓN MENTAL.Su importancia
Pocas cosas eran tan importantes en el pensamiento de San Vicente como la oración. Hablando a los misioneros, declara:
Para animar a sus hijos e hijas a orar, usaba muchos símiles que se encuantran en los escritos espirituales de su tiempo. Les dice que la oración es para el alma lo que el alimento es para el cuerpo. (SV IX, 416) Es una "fuente de juventud" por la que nos fortalecemos. (SV IX, 217). Es un libro de recursos para el predicador en el que puede encontrar las verdades eternas que comparte con el pueblo de Dios. (SV VII, 156) Es un suave rocío que referesca el alma cada mañana. (SV IX, 402)
Es una conversación con Dios, una relación del espíritu, en la cual Dios le enseña interiormente lo que debería saber y hacer y en la que el alma dice a Dios lo que él mismo le enseña a pedir". (SV IX, 419)
Entre las disposiciones necesarias para la oración señala principalmente la humildad, la indiferencia y la mortificación. Los humildes reconocen su absoluta dependencia de Dios. Vienen a la oración llenos de gratitud por los dones de Dios y confesando sus propias limitaciones y pecado. (SV X, 128). La indiferencia hace que la persona viva en un estado de desprendimiento y unión con la voluntad de Dios, de manera que la venir a la oración, él o ella, busca sólo saber o hacer lo que Dios le revele. (SV XII, 231) San Vicente a menudo recurre a la necesidad de la mortificación para orar bien, particularmente al levantarse rápidamente de la cama por la mañana. Dice a la Hermanas (Hijas de la Caridad o Vicentinas ) que nuestros cuerpos son como asnillos: acostumbrados al camino áspero, lo seguirán siempre. (SV IX, 28)
El principal tema de oración para Vicente es la vida y enseñanzas de Jesús. (SV XII, 113) Repetía una y otra vez que debemos centrarnos en la humanidad de Jesús. (André Dodin, En Prière avec Monsieur Vincent. -París, Desclée de Brower, 1982. pp. 182) Meditaba sobre lo que Jesús hizo y enseñó en las Escrituras, (Reglas Comunes) atrayendo la atención de un modo especial hacia el Sermón de la Montaña. (SV XII, 125) Sin embargo, sobretodo recomendaba como asunto de oración la pasión y cruz de Jesús. "¿No es uan buena meditación tener el pensamiento de la pasión y muerte de Nuestro Señor siempre en el corazón?" (SV IX, X...)
San Vicente no dudaba en recomendar el uso de imágenes y libros de oración. Entre los ultimos, era un aficionado especial a la Imitación de Cristo, la Introducción a la Vida Devota y el Tratado sobre el Amor de Dios de Francisco de Sales.
Copyright. Tomado del Folleto: La Oración Mental. (Curia Generalizia -Congregazione della Missione. Via dei Capasso, 30 - Roma) Traducción del P. Rafael Sáinz, CM. (Imágen ubicada en Grecia-Tesalónica, Un Capuchino con San Vicente de Paúl en oración, archivo del Padre John Rybolt, CM. de la página http://stvincentimages.cdm.depaul.edu)
"Dadme un hombre de oración y será capaz de todo. Puede decir con el apóstol, -todo lo puedo en aquel que me conforta-. La Congregación se mantendrá mientras cumpla fielmente con la práctica de la oración, que es como una forrtaleza inexpugnable que protege a los misioneros de toda suerte de ataque" (SV XI, 83)
Está hablando de la oración mental. Además, San Vicente afirma con energía en varias ocasiones, que el hecho de no levantarese temprano por la mañana para unirse a la comunidad en oración, será la razón por la que los misioneros no perseveren en su vocación. (SV III, 538)Para animar a sus hijos e hijas a orar, usaba muchos símiles que se encuantran en los escritos espirituales de su tiempo. Les dice que la oración es para el alma lo que el alimento es para el cuerpo. (SV IX, 416) Es una "fuente de juventud" por la que nos fortalecemos. (SV IX, 217). Es un libro de recursos para el predicador en el que puede encontrar las verdades eternas que comparte con el pueblo de Dios. (SV VII, 156) Es un suave rocío que referesca el alma cada mañana. (SV IX, 402)
Define la oración mental como:
"una elevación de la mente a Dios por la que el alma se desprende, por decirlo así, de sí misma para buscar a Dios en sí mismo.Es una conversación con Dios, una relación del espíritu, en la cual Dios le enseña interiormente lo que debería saber y hacer y en la que el alma dice a Dios lo que él mismo le enseña a pedir". (SV IX, 419)
Entre las disposiciones necesarias para la oración señala principalmente la humildad, la indiferencia y la mortificación. Los humildes reconocen su absoluta dependencia de Dios. Vienen a la oración llenos de gratitud por los dones de Dios y confesando sus propias limitaciones y pecado. (SV X, 128). La indiferencia hace que la persona viva en un estado de desprendimiento y unión con la voluntad de Dios, de manera que la venir a la oración, él o ella, busca sólo saber o hacer lo que Dios le revele. (SV XII, 231) San Vicente a menudo recurre a la necesidad de la mortificación para orar bien, particularmente al levantarse rápidamente de la cama por la mañana. Dice a la Hermanas (Hijas de la Caridad o Vicentinas ) que nuestros cuerpos son como asnillos: acostumbrados al camino áspero, lo seguirán siempre. (SV IX, 28)
El principal tema de oración para Vicente es la vida y enseñanzas de Jesús. (SV XII, 113) Repetía una y otra vez que debemos centrarnos en la humanidad de Jesús. (André Dodin, En Prière avec Monsieur Vincent. -París, Desclée de Brower, 1982. pp. 182) Meditaba sobre lo que Jesús hizo y enseñó en las Escrituras, (Reglas Comunes) atrayendo la atención de un modo especial hacia el Sermón de la Montaña. (SV XII, 125) Sin embargo, sobretodo recomendaba como asunto de oración la pasión y cruz de Jesús. "¿No es uan buena meditación tener el pensamiento de la pasión y muerte de Nuestro Señor siempre en el corazón?" (SV IX, X...)
San Vicente no dudaba en recomendar el uso de imágenes y libros de oración. Entre los ultimos, era un aficionado especial a la Imitación de Cristo, la Introducción a la Vida Devota y el Tratado sobre el Amor de Dios de Francisco de Sales.
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