"Es demasiado pretender que la oración se convierta en búsqueda de significados o querer encontrarlos a priori. ¿No será la oración más bien vivir confiadamente en Él, y no forzar respuestas? El dolor del mundo es demasiado desgarrador como para convertir la oración en una especie de sedante. Nunca podremos olvidar que la oración cristiana, como bien dijo Bonhöffer y lo acreditó con su vida, es permanecer con Cristo en Getsemaní... aunque nos durmamos muchas veces.Orar es saber estar de Getsemaní, pasar por el sin-sentido y no anularlo con artificios. ¡Cuidado con las oraciones que quieren llenarlo todo inmediatamente de sentido! Son palabra hueca o puro esteticismo.
Tenemos que aprender que orar es aprender a vivir con ternura y pasión por las criaturas, despojándonos de la pretensión de saberlo todo. Hay mucha gente que sin saberlo santifica todos los días parcelas de la creación, como diría Elie Wiesel. La oración cristiana no es una oración que pretende saberlo todo y abarcarlo todo. La oración cristiana es pasión por el Creador y las criaturas. Gracias a Francisco de Asís, la oración cristiana se llenó de bondad, limpieza y ternura.
Jesús pasa la prueba de no retener para sí, de no ejercer el poder en su pripio provecho. El tentador lo pone a prueba en algo nuclear de su misión: cómo procesar -su poder decir y hacer del Reino. Jesús tiene poder, palabra con la que se nos llena la boca diciendo que corrompe. Pero si la prueba es prueba, es porque tocó a Jesús y nos toca zonas personales y de la realidad que puede destrozarnos. La mejor manera de huir de la realidad es negarla"
El artículo es de Toni Catalá. Rev. Selecciones de Teología. Enero - Marzo 2008. Vol. 47. No. 185. Página78-79.
Muy amablemente la redacción de la Revista Selecciones de Teología en cabeza de Montse Gabriel nos ha autorizado a reproducir aquí parte de este artículo.http://www.seleccionesdeteologia.net
Imagen de: Banco de imágenes vicentinas.
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