-¿Quién es? -preguntó una voz desde dentro.
-Soy yo.
El silencio fue la respuesta y la puerta no se abrió. El joven quedó profundamente consternado y se retiró pensativo. ¿Por qué su amada no le abría la puerta? ¿No habría reconocido su voz? ¡Qué misterios los del amor! Tras larga reflexión, volvió a llamar a la puerta y oyó la misma pregunta.
-¿Quién es?-
-soy tu. -respondió.
Entonces la puerta se abrió.
-Leyenda arabe-
(Foto Archivo Personal Hno. Stuardo Marroquín Provincia de América Central -Cielo en Fusagasugá-)
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