
himnos de la nueva Sión,
celebre fiestas pascuales
con vibrante exultación.
Cristo, león invencible,
surge, vencido el dragón,
y a los muertos resucita
con el poder de su voz.
Vuelve el averno la presa
que pérfido devoró,
y, libre del cautiverio,
sigue a Cristo su escuadrón.
Aparece victorioso
y digno de todo honor,
y hace del patrio universo
un solo pueblo de Dios.
Al Rey cantemos, soldados,
himnos de ritmo marcial;
él nos depare en su reino
trono de gloria inmortal.
Sé tú, Señor, nuestro vivo
y eterno gozo pascual,
y a los hijos de la gracia
lleva en tu ascenso triunfal.
Se rinda a ti excelsa gloria,
de la muerte vencedor;
al Espíritu y al Padre
se tribute adoración. amén.
Tomado: Liturgia de las Horas. 1972.
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