
Apenas saliendo del monasterio, vio a un hombre hapariento, escuálido y triste. El hombre, al oír resonar el cayado del peregrino sobre las piedras, levantó la cabeza.
- ¿a dónde vas, Padre mío? le preguntó.
- Al Santo Sepulcro, hermano, a Jerusalén. Daré tres vueltas alrededor del santo sepulcro y me prosternaré allí a hacer oración.
- ¿cuánto dinero tienes para eso?.
- Treinta Libras.
- Dámelas a mí; tengo mujer y niños, y tienen hambre, da tres vueltas alrededor de mí, prosternate has tu orazción y después vuelve a tu monasterio.
El monje sacó del bolsa las treinta Libras, dióselas al pobre, dio tres vueltas a su alrededor, cayó de rodillas, se prosternó ante él y en seguida se volvió al monasterio.
Citado en el libro: "María, la hija predilceta del Padre" de Carlos Bazarra S, OFMcap. Colección Tercer Milenio. CELAM. Año 1999. de la Revista Misión Abierta, septiembre de 1995.
Imágen de: http://padrefabian.blogspot.com/2008/11/bendito-sea-dios-una-oracion-de.html
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